Tamaño del paquete: 32 × 32 × 24 cm
Tamaño: 22*22*14CM
Modelo: MLJT101840W2
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Presentando el epítome de la sofisticación y el encanto artesanal, el frutero de cerámica con florero blanco hecho a mano con flores pellizcadas es un testimonio de la elegancia atemporal y la artesanía meticulosa. Cuidadosamente esculpida por expertos artesanos, esta exquisita pieza combina a la perfección funcionalidad con atractivo estético, lo que la convierte en una adición impresionante a cualquier espacio interior.
Elaborado con cerámica de primera calidad, el jarrón frutero cuenta con un acabado blanco impecable que irradia pureza y serenidad, añadiendo un toque de lujo discreto a su hogar. Su diseño único de flores pellizcadas es un testimonio de la atención al detalle del artesano, con cada delicado pétalo formado meticulosamente para crear un motivo floral cautivador que sirve como punto focal de interés visual.
La versatilidad es el corazón de esta pieza multifuncional, que sirve tanto como jarrón decorativo como como frutero funcional. Ya sea exhibido como pieza decorativa independiente sobre una repisa o mesa de café, o utilizado para exhibir una vibrante variedad de frutas frescas en la mesa del comedor, este recipiente versátil eleva sin esfuerzo cualquier entorno con su gracia y encanto innatos.
El generoso tamaño del cuenco proporciona un amplio espacio para una variedad de frutas, mientras que el diseño en forma de jarrón añade altura y dimensión a los arreglos florales, convirtiéndolo en una pieza central ideal para ocasiones especiales o para un capricho cotidiano. Su superficie lisa y vidriada no sólo mejora su atractivo estético sino que también garantiza una fácil limpieza y mantenimiento para un disfrute duradero.
Más allá de su atractivo visual, el frutero de cerámica con florero blanco hecho a mano con flores pellizcadas encarna un espíritu de autenticidad y tradición, y representa el arte atemporal de la cerámica artesanal. Cada pieza está imbuida de un sentido de carácter e individualidad, y presenta las sutiles imperfecciones inherentes a las creaciones hechas a mano, lo que la convierte en una reliquia verdaderamente única y preciada para las generaciones venideras.
Ya sea adornando su espacio vital con su exquisita belleza o sirviendo como un regalo atento para un conocedor exigente, el frutero de cerámica con florero blanco hecho a mano es un testimonio del encanto perdurable de la artesanía y el poder transformador de la expresión artística. Eleve su decoración y deleite sus sentidos con esta encantadora fusión de forma y función, donde cada mirada y tacto evoca una sensación de elegancia y refinamiento atemporales.